La tan comentada Inteligencia Artificial. Parece que la inteligencia artificial está ahora por todas partes; está en nuestros celulares, en nuestros hogares y como dicen muchos, pronto estará presente en cada servicio que contratemos o producto que usemos.
Y así como el espectro de aplicaciones de inteligencia artificial cada vez es mayor, es mayor también la preocupación del impacto que la IA puede tener en nuestros ambientes de trabajo, así como en las ratios de empleo y desempleo. Y pues, es natural, dado que los medios muchas veces nos generan una imagen poco realista de lo que la inteligencia artificial puede hacer.
Actualmente la IA se ha desempeñado de manera eficiente en procesos que constan de recibir data (input) y entregar una respuesta simple e inmediata (output). Aplicaciones como los traductores de idiomas, identificación de imágenes y contenido agresivo en redes sociales y así muchas más aplicaciones con gran porcentaje de éxito.
Este tipo de aplicación de AI, conocida como supervised learning o aprendizaje supervisado, es la más desarrollada actualmente, pero aún tiene una gran deficiencia: requiere de una gran base de datos y cientos de horas de trabajo humano para la compilación de información.
Pero entonces, ¿cómo puedo rápidamente descartar si algo puede ser hecho o no por IA? Andrew Ng, pionero en el rubro de Inteligencia Artificial, usa esta interesante regla para definir si algo puede o no puede ser realizado por IA. “Si una persona puede ejecutar esta tarea mental en menos de 1 segundo, probablemente se podrá automatizar usando Inteligencia Artificial”
Es por este motivo que la inteligencia artificial ha demostrado en los últimos años ser un gran aporte en automatizar ciertos procesos, como: ventas, publicidad, finanzas, logística, diagnósticos de enfermedades, clasificación de potenciales clientes para financieras, detección de imágenes y muchas otras aplicaciones. Sin embargo, debemos tener en claro que aún se desempeña con muchísimas limitaciones que requerirán de un esfuerzo considerable para superar.
Como podemos ver, el alcance de un sistema de AI está bastante lejos de igualar el comportamiento del cerebro humano, considerando también que este no es el único modo de de encontrar soluciones.
Sentido común
El aprendizaje máquina puede presentar deficiencias notables en situaciones que no conoce. Es decir, el sistema puede estar entrenado para una tarea específica; por decir; la identificación de una zanahoria. El sistema podrá identificar todas o la mayoría de zanahorias en un grupo de imágenes de verduras, sin embargo, si ahora se desea la identificación de los tomates en el mismo grupo de imágenes, se tendrá que rehacer todo el entrenamiento para esta tarea específica.
Una aplicación de chatbot en la atención al cliente puede quedar desconcertado ante ciertas situaciones nunca antes vistas que el ser humano puede manejar con facilidad.
Estas deficiencias existen porque los sistemas de IA no comprenden la causalidad. Se puede establecer que ciertos eventos están relacionados a otros, pero no presenta la certeza de asociar la causa efecto de los eventos con precisión. La falta de sentido común en los sistemas de IA aún es muy notable.
Inteligencia emocional
La IA acompaña el trabajo del ser humano y ayuda a resolver problemas en diferentes escalas, dependiendo de la complejidad y la velocidad de implementación de tareas; detección de maltrato y/ discriminación en redes sociales, algoritmos en el sector financiero para la detección de fraudes, algoritmos para la toma de decisiones en préstamos y manejo financiero, entre otros.
Si bien estos algoritmos han facilitado industrias como las del sector financiero con tareas complejas para la toma de decisiones, los sistemas de IA trabajan bajo conceptos de matemática pura. Demostrando tener deficiencias marcadas para decisiones vitales.
Es decir, los sistemas de IA presentan una falta de inteligencia emocional, justamente lo que no permite reconocer las emociones del ser humano y detección de data y/o perfiles para el aporte de una toma de decisión en otros campos. Si bien muchas empresas han creado herramientas de reconocimiento de emociones mediante fotos, estas están muy lejos de acercarse a la realidad emocional del ser humano.
Entonces, básicamente los sistemas de IA pueden aportar gran parte a la resolución de problemas reproduciendo lo que ya se le ha enseñado a responder, sin realmente entrar en el conocimiento del porqué.
Como mencionamos anteriormente, estas deficiencias se deben a la falta de conocimiento de la causalidad, sentido común e inteligencia emocional (emociones, sentimientos, empatía y espontaneidad, entre otros), por lo que en los escenarios de toma de decisiones vitales para el bienestar del ser humano, los sistemas de IA aún están muy cuestionados.
Creatividad
Dicho esto, otro aspecto en el cual los sistemas de AI no conocen en lo absoluto es la creatividad. Se le puede establecer parámetros de creatividad, sin embargo, la computadora de por sí sola no puede desarrollar el sentido de creatividad. Hasta el día de hoy, la creatividad que brinda una máquina depende de manera directa en la guía que le brinda el ser humano.
Conclusión
La inteligencia artificial es un concepto del cual se viene hablando hace muchos años, incluso desde puntos muy futuristas en ciencia ficción. Sin embargo, el desarrollo en cientos de años sólo nos ha demostrado estar aún muy lejana de la inteligencia humana como un concepto total.
Sea cual sea la implementación de un sistema de IA en un negocio para diferentes problemas, debe estar acompañado de la enseñanza, guía y supervisión de un humano experimentado en el campo. La IA Aporta una gran solución al problema, pero no al desarrollo total del proceso en el negocio.