Si pensamos qué son los Diamantes y cuáles son sus principales características que los describe diríamos que básicamente son su escasez, algunas características internas y su apariencia.
A lo largo de la historia se ha comprobado cómo las personas en una proporción muy elevada buscan la propiedad de este tipo de elementos como signo de exclusividad y diferenciación sobre el resto de la población.
Aunque no lo parezca a primera vista, los Diamantes y las start-up denominadas Unicornios tienen mucho más en común de lo que parece a primera vista.
Los Diamantes
Los diamantes empezaron a darse a conocer entre las sociedades a finales del siglo IX consecuencia de sus características propias como piedras preciosas y dada su escasez y dificultad para su extracción en determinados países. Los Diamantes no empezaron a penetrar las capas más altas de las sociedades más poderosas hasta que la familia De Beers en el siglo XX introdujo en las mentes de los consumidores el auténtico poder social que estas piedras podían generar mediante el otorgamiento de poderes casi mágicos como la exclusividad, el sentido de pertenencia a las clases más elevadas y la imagen de poder económico.
Gracias a estos atributos ajenos a los Diamantes e introducidos en la mente de los consumidores por la compañía De Beers el precio de los Diamantes se disparó y cuanto más se disparaba, mayor era la demanda. ¿Cómo lograron semejantes logros? Simplemente a través de extraordinarias campañas de marketing perfectamente definidas, posicionadas, dirigidas y ejecutadas.
A medida que ha pasado el tiempo, los diamantes empezaron a escasear en las minas de países africanos entre otros, poniendo en jaque al emporio de estas piedras. Sin embargo, como en muchas otras ocasiones, la tecnología entró en juego y logró crear de manera artificial diamantes sobre los que sólo máquinas expertas podrían diferenciarlos sobre los Diamantes naturales. A pesar de esto, la gran mayoría de los Diamantes en circulación son artificiales y sin embargo, sus mayores fans continúan acaparándolos con el mismo afán que si fueran originales.
Esto nos lleva a una pregunta: ¿El valor para el consumidor en este caso lo aporta el producto en sí o el poder del diamante está en las manos de las compañías que los fabrican y comercializan?
Los Unicornios
Pensemos ahora en los famosos Unicornios del mundo de las start-up. El concepto “Unicornio” fue acuñado hace varios años por la comunidad Inversora para denominar a aquellas start-up que alcanzaban una valoración igual o superior a USD 1 billion. En ese momento el número de start-up que cumplían con esta condición era muy escaso y eso les confería el estatus privilegiado de Unicornio.
Con el paso del tiempo, el número de Unicornios empezó a dispararse a nivel mundial y especialmente en dos países que curiosamente se encuentran en una carrera global como son Estados Unidos y China. Con esto, el valor que otorgaba su escasez empezó a desvanecerse mientras que estos Unicornios crecían en notoriedad y llegaban a convertirse en auténticas metas para muchos emprendedores e Inversores.
Al igual que ocurría con los Diamantes la pregunta es la misma: ¿El estatus de Unicornio lo definen las propiedades de la compañía o lo otorgan los Inversores marcando las valoraciones necesarias para lograr colocarle la etiqueta de Unicornio?
Como se crea un Unicornio
Si nos fijamos en cualquier transacción entre una start-up y un fondo grande de Venture Capital a nadie se le escapa que el poder de negociación está en el lado del Inversor. Para el que no lo vea, es el equivalente a tener una disputa por un monto económico elevado entre cualquiera de nosotros y la Agencia Tributaria de nuestro país.
Aplicando un poco de lógica y la realidad coincidiremos en una gran mayoría que el valor de la transacción estará definido en su mayor parte por el Inversor financiero. Alguien en este punto podría preguntar ¿Cuál es la lógica de que un Inversor invierta más dinero del necesario a valoraciones más altas que las razonables?
La respuesta es doble:
- Por un lado la aparición de mega fondos de Venture Capital para invertir en start-up les obliga a invertir montos mucho mayores a los habituales o por el contrario no lograrán invertir todo el capital comprometido en los plazos acordados, con el consiguiente riesgo de que se cierre el fondo y sus gestores se vayan a sus casas. Cuando se levantan mega fondos de billones de dólares para invertir en plazos de 5 años todo el capital en compañías pequeñas se genera un incentivo perverso para los gestores de los fondos ya que para que no les muevan la silla, se pueden ver tentados a forzar determinadas inversiones.
- Por otro lado, está el efecto “Diamante” consistente en darle un Valor adicional desde la Valoración para tras la mutación del estado de start-up al estatus de Unicornio su imagen y posicionamiento en la mente de otros inversores mejore notablemente.
La siguiente pregunta obvia sería, ¿Entonces cómo se lograría desinvertir una compañía a la que se le ha asignado tanto valor a través de las rondas de financiación previas? Esta es justamente la última parte del desenlace y la más interesante como suele ser habitual en las buenas tramas.
Pensemos que todo lo descrito hasta ahora ha tenido lugar en un momento de expansión económica donde todos los activos financieros y alternativos se encuentran en fase de crecimiento.
Si observamos a los Inversores que forman parte de los Unicornios casi siempre nos encontraremos con los mismos nombres conocidos y algunos inversores menos notorios quienes entraron probablemente en las fases más iniciales del emprendimiento.
A la hora de crear un Unicornio no es suficiente con identificar a una buena compañía con una estrategia global y con aportarle un valor económico adicional en cada ronda de financiación, sino que para que el Unicornio este perfectamente vestido hace falta Inversores reconocidos que apuesten por ese “Unicornio en desarrollo”.
La confianza es el elemento fundamental en toda transacción al igual que De Beers proveía el sello de calidad en sus Diamantes.
Y por tanto… como se logra desinvertir con éxito un Unicornio
Una vez que el Unicornio ya ha llegado a su mayoría de edad y finalmente cuenta con su cuerno de colores, sus crines al viento y sus majestuosas alas viene la pregunta clave, ¿Y ahora a quién le vendemos semejante ejemplar?
Cuando se ha logrado construir un Unicornio de billones o decenas de billones de dólares la respuesta no es tan obvia porque el mercado de compradores de Unicornios es muy limitado.
Es entonces cuando se decide que el Unicornio no sea de nadie sino que el mundo entero pueda disfrutar de él como se merece, y es en ese momento cuando se empieza a trabajar en el famoso IPO o salida a bolsa.
Ya que prácticamente nadie tiene la capacidad individual de comprarse un Unicornio que mejor idea que lo compren entre muchos pequeños inversores quienes, después de tanta publicidad directa e indirecta en los medios de comunicación a lo largo de tantos años, no podrán resistirse a tener un pedacito de esa pieza única y exclusiva que podría incluso generarles grandes beneficios a futuro.
Llegados a este punto, los Inversores de renombre inician el proceso de salida a bolsa con un claro mensaje al público en general “nosotros hemos criado día a día a este bello Unicornio pero creemos que es el momento de que todo el mundo pueda disfrutar de él… ¿quién no va a querer tener un pedacito de algo tan único y valioso?”.
Al poco tiempo se produce la esperada salida a bolsa y tras unos meses el Valor del Unicornio se cae entre un -15% y un -30% y es en ese momento en el que los inversores particulares que querían disfrutar de ese exclusivo ejemplar de Unicornio, se dan cuenta que en realidad han comprado un pedacito de un gran caballo, fuerte y veloz aunque con un cuerno pegado en la frente y con unas alas a los lados.
Como se ha mencionado en multitud de artículos de Kendo, los Inversores Financieros juegan y siempre jugarán un papel fundamental en el desarrollo de los tejidos empresariales de las economías, aportando desde múltiples áreas de valor tanto a sus inversiones como a las sociedades.
Sin embargo, también es importante reflexionar sobre cómo se han hecho algunas cosas para que todos podamos aprender lecciones valiosas de cara al futuro.