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El Trabajo del futuro…una visión divergente

Por Juan Santodomingo - 13/08/2020

El Trabajo del futuro…una visión divergente

Una visión divergente y una llamada de atención ante los efectos derivados de los cambios en las estructuras laborales consecuencia de los procesos de transformación digital que deberán acometer las compañías a nivel mundial.

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El impacto de la Tecnología sobre Industrias y Negocios

Desde hace ya algún tiempo se viene investigando y debatiendo sobre los impactos que el desarrollo de nuevas tecnologías tendrán en el mundo laboral a futuro.

Sin duda la tecnología se encuentra impactando desde hace años a prácticamente todas las industrias de la economía, llegando incluso a hacer desaparecer determinados sectores y a obligar a la reconversión de otros tantos para poder sobrevivir.

El futuro del Trabajo, un amplio debate pero una misma conclusión

Derivado de todos estos avances y cambios, hace unos años se iniciaron múltiples investigaciones privadas y públicas sobre el impacto que todos estos avances tendrán en los mercados laborales y, por tanto, en las estructuras socio-económicas de los países.

Más allá de los impactos que la tecnología está teniendo sobre industrias enteras, igualmente empieza a tenerlos tímidamente sobre las organizaciones, sus estrategias y, por tanto, sobre sus procesos internos de trabajo, lo cual termina por impactar en los nuevos perfiles profesionales que se requieren.  

Dado lo atractivo del debate, multitud de expertos han venido participando mediante artículos, ensayos, trabajos de investigación, conferencias, entrevistas o a través de cualquier otro medio.

Tras digerir cantidades ingentes sobre estas disertaciones pude identificar dos principales conclusiones muy comunes entre los casos revisados:     

1. Este cambio de paradigma será tan rápido que en cuestión de 5 años más del 50% de la población mundial tendrá nuevos trabajos que a día de hoy ni siquiera existen.

2. Estos cambios en las estructuras laborales de cualquier profesión no tendrán impactos negativos en cuanto a la destrucción del empleo, sino que se abrirán nuevas oportunidades para aquellas personas que se vean desplazadas inicialmente por la desaparición de su perfil de trabajo.

Una visión divergente

Frente a los mensajes más comunes relacionados con la futura transformación laboral, desde Kendo queremos aportar una visión divergente:

1. Algunas de las primeras predicciones se dieron en torno a 2015 donde se mencionaba que dicho impacto en la fuerza laboral se habría dado para este año 2020. Creo que poco a cambiado la fuerza laboral mundial en estos cinco años. Según las siguientes predicciones de los años 2016, 2017, etc., este cambio se tendría que dar en los próximos 1 a 4 años, lo cual tampoco parece que sea muy factible.

¿Qué puede estar moviendo estas predicciones? Hay varios efectos, pero los centraría en estos dos elementos:

- La Transformación Digital (ver Las verdaderas Claves para la Transformación Digital en las Compañías) de las compañías no es algo que se produzca de manera sencilla ni rápida. La mayoría de las compañías del planeta están dirigidas por personas de generaciones como “X” o “Baby Boomers” lo cual no facilita la transición digital, ya que la primera transformación que debe darse es la de los CEOs y Directorios de estas compañías. Si hay algo lento y complejo de cambiar en cualquier organización es la Cultura y hasta que no se produzcan los relevos generacionales necesarios, la digitalización de estas compañías estará muy lejos de producirse. 

- Desde la atalaya de los centros tecnológicos del mundo (i.e. Sillicon Valley) no siempre se tiene una visión objetiva del mundo de las empresas a nivel global. Más de un tercio de las compañías del planeta se encuentran en economías en desarrollo cuyos ecosistemas y tejidos empresariales distan décadas de los modelos existentes en las economías desarrolladas. Pensar que el 50% de la fuerza laboral mundial habrá cambiado en tan poco tiempo teniendo en cuenta que al menos un 33% se encuentra en la situación mencionada es cuando menos optimista o alegre.  

2. Hasta la fecha no ha habido ninguna de las fases de la llamada “Revolución Industrial” en la que no se hayan producido impactos negativos en el empleo. Ni tan siquiera en la reconversión de sectores llevada a cabo en varias regiones del mundo se han podido evitar estos efectos adversos. 

Es cierto que esta revolución tecnológica demandará nuevos puestos laborales generalmente orientados a tareas que requieran un menor trabajo físico y en favor de un mayor componente intelectual. 

Mi pregunta aquí es: ¿alguien piensa de verdad que profesionales por encima de los 40 años que trabajan en puestos que requieren trabajo físico y son candidatos a ser sustituidos por algún tipo de proceso tecnológico, serán reconvertidos en científicos de datos para luego ser contratados bajo esta nueva especialización? 

Me parece que hay mucho ensoñamiento tras estas predicciones tintadas de color rosa y edulcoradas con el mejor de los endulzantes bajo en calorías.       

Una llamada de urgencia a Gobiernos y Organismos responsables

Creo que dar proyecciones de cualquier índole que no identifiquen potenciales riesgos a futuro y que no pongan el foco en levantar las banderas rojas necesarias para que se tomen anticipadamente las medidas requeridas, es de poca ayuda.

Creo que no hace falta ser un experto en tecnología para darse cuenta que los cambios que vayan a darse tendrán impactos negativos en determinadas capas de las sociedades que finalmente redundarán en el resto de la sociedad dado que cualquier costo social siempre es asumido por el conjunto de la fuerza laboral a través de un antiguo invento llamado “impuesto”.

Cualquiera que sea finalmente el proceso de reconversión laboral, los Gobiernos, Instituciones y otros Organismos responsables, deberán actuar de manera contundente con el objetivo de minimizar los impactos adversos en los sectores más desfavorecidos de la población. 

Si se estuvieran cumpliendo las previsiones de 5 años para esta transformación ya habríamos llegado tarde, pero por suerte a este proceso parece que le queda algo más de tiempo. 

Hagamos que este tiempo extra sirva para que los Estados puedan empezar a trabajar desde ya mismo en planes que eviten la exclusión de determinados segmentos de la población y se optimice la empleabilidad de las personas.   

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