¿Qué es el riesgo de liquidez?
El riesgo de liquidez o, mejor dicho, de iliquidez, es el riesgo incurrir en pérdidas por falta de efectivo para pagar tus obligaciones en forma y fecha. Aunque el negocio tenga recursos para pagar sus obligaciones (cuentas por cobrar, inversiones, inventarios, maquinarias, inmuebles, etc.), si estos no pueden convertirse rápidamente en efectivo cuando lo necesites, corres el riesgo de tener que liquidarlos o venderlos por menos de su valor para cubrir descalces de caja. En un caso extremo, un evento de iliquidez grave podría llevar a tu empresa a la insolvencia.
La importancia de la gestión de tesorería
La gestión de tesorería es de vital importancia para la supervivencia de los negocios dado que permite medir el riesgo de liquidez y anticipar cuánto es muy probable que ocurran eventos de iliquidez. De esta manera, puedes anticipar medidas de mitigación oportunas y de un costo financiero razonable.
Cabe comentar que pese a la sensación de seguridad que pueda brindar el mantener mucho excedente de efectivo en la caja, este no es el objetivo primordial de la gestión de tesorería. Una buena gestión de tesorería busca “calzar” lo mejor posible los flujos positivos y negativos de caja. Un déficit de caja evidentemente causa problemas, pero un superávit también debe ser gestionado dado que es dinero que no está ganando una rentabilidad.
¿Qué debe lograr una adecuada gestión de tesorería?
La gestión de tesorería debe permitirnos:
- Reflejar la situación de caja real y actualizada del negocio con la mayor frecuencia posible (diaria, semanal, mensual, etc.).
- Anticipar las necesidades de caja o dinero en efectivo a fin de tomar acciones oportunas con el menor coste financiero posible.
- Evaluar el impacto de distintas fuentes de financiamiento.
- Anticipar planes de contingencia en escenarios de estrés de caja.
Herramientas para una adecuada gestión de tesorería
Es común que las compañías dediquen mucho esfuerzo en el Estado de Resultados, sin embargo, las normas contables hacen que este reporte no refleje el dinero o efectivo que la compañía tiene disponible para gastar. En este artículo desarrollamos las principales herramientas necesarias para una adecuada gestión de tesorería.
1. Flujo de caja proyectado
Es la base de la gestión de la tesorería y consiste en la previsión de ingresos y salidas de efectivo (cobros y pagos) durante un periodo de tiempo, que por lo general es de un año, dividido en semanas, meses y trimestres. La relevancia de tener mayor o menor apertura de los periodos dependerá de cada negocio.
En su elaboración, el flujo de caja proyectado debe tener en consideración todos los detalles del negocio: las fechas de pago de las facturas a clientes y de proveedores, la proyección de producción e inventarios, las necesidades de financiamiento, proyecciones de tipos de cambio (en caso el negocio tenga operaciones en varias monedas), nuevos clientes, cambios regulatorios relevantes, los plazos de transferencias de dinero, etc.
2. Análisis de brechas (“gaps”) en el flujo de caja
Este análisis se puede realizar a partir del flujo de caja proyectado. Consiste en determinar las diferencias, por periodo, entre la sumatoria de flujos positivos (ingresos) y la sumatoria de flujos negativos (egresos).
Si hay brechas negativas, en dichos periodos faltará dinero para pagar las obligaciones ocasionando estos efectos:
- Tensiones con trabajadores, bancos y proveedores por retrasos en pagos.
- Necesidad de tomar préstamos de emergencia cuyo coste financiero es mayor.
- Mayores gastos financieros por la aplicación de penalidades y moras.
Si hay brechas positivas, dichos periodos presentan excesos de caja que no se están rentabilizando o que no están siendo utilizados para reducir costos financieros ocasionando estos efectos:
- Mayor gasto financiero por no realizar prepagos de financiamientos costosos.
- Pérdidas en coste de oportunidad de inversión en activos.
- Erosión monetaria por efecto de la inflación.
En general, se debe verificar que los periodos con brechas positivas cubran los periodos con brechas negativas. En función de ello, es posible planificar estrategias para adelantar cobros o postergar pagos para mejorar el calce del flujo de caja por periodos.
3. Plan de mitigación de brechas negativas de flujo de caja
Los resultados del análisis de gaps brindan información muy valiosa sobre dónde poner el foco en la gestión de tesorería. Así, se pueden anticipar algunas medidas como por ejemplo:
- Negociar líneas de capital de trabajo de corto plazo con distintas entidades.
- Contar con un plan de reinversiones en caso de contar con excedentes de caja.
- Reducir producción / inventarios.
- Adelantar el cobro de facturas con descuentos.
- Negociar aplazamientos de pagos con trabajadores y proveedores.
- Renegociación de préstamos con entidades financieras, incluyendo el cambio de deuda de corto plazo a largo plazo.
- Liquidar inversiones negociables.
- Adelantar pagos solicitando descuentos.
4. Escenarios de estrés de liquidez y plan de contingencia
Definir escenarios de estrés de caja (negativo) y ver qué pasa con el flujo de caja es un ejercicio saludable para plantear alternativas de mitigación audaces. Adicionalmente a las medidas del punto anterior, se pueden añadir, en estrés, las siguientes:Vender activos fijos e inventarios con mucho descuento.
- Reducción de personal.
- Reducción de producción.
- Reestructuración o refinanciamiento de préstamos.
- Aportes de capital.
- Otros.
5. Flujo de caja real (o histórico) versus proyectado
Finalmente, la comparación y seguimiento entre el flujo de caja real respecto del proyectado nos permite:
- Evaluar la efectividad de la gestión de tesorería.
- Actualizar o ajustar las proyecciones del flujo de caja y, en consecuencia, validar si los planes de mitigación del riesgo de liquidez son suficientes o si deben actualizarse también.
- Identificar las causas de los descalces a fin de evitar que se repitan.
Errores comunes en la gestión de tesorería
A continuación presento algunos errores comunes en la gestión de tesorería a tomar en consideración (para no cometerlos):
- No contar con un sistema de gestión de tesorería (manual, semiautomático o automático).
- Posponer la gestión de la tesorería respecto de otros aspectos de gestión del negocio como la comercial, administrativa, contable.
- Elaborar un flujo de caja en base a la construcción del estado de resultados.
- No realizar el seguimiento de la tesorería con la mayor frecuencia posible.
- No mantener actualizada y corregida la proyección de tesorería.
- Desconocer o no tener control sobre las condiciones contractuales y de pago de cada concepto de ingreso o egreso.
- No incentivar el adelanto de cobros con pequeños descuentos.
- Mantener altos niveles de endeudamiento de corto plazo.
En conclusión, una adecuada gestión de la tesorería es uno de los elementos clave que permitirá a tu empresa evitar problemas de liquidez o al menos anticiparse con suficiente tiempo para conseguir fondos de contingencia para cubrir sus gastos. Recuerda la frase: “Prevenir para no lamentar”.